LIKI, LIK
VIAJA A LA ANTIGUA ROMA Y LUEGO ……
CAPÍTULO 3
Hola de nuevo, para los que no me conocéis, soy Liki, Lik.
Me gustaría dar las gracias a mis rescatadores,
si alguno me está oyendo, tanto en mi nombre como en el de mi amiga DEA. Pues
todo salió genial. Dea regresó por fin a Londres.
Hoy me gustaría compartir con vosotros mis últimos
descubrimientos.
Desde que arreglé la máquina del tiempo mi vida ha cambiado,
mi mente ha cambiado, yo mismo estoy cambiando.
Mis intereses, mis gustos ya no son como cuando era un niño de infantil ni de primaria, ahora me siento mucho más seguro y más decidido. Por
eso, quiero contaros esto.
Cuando mi amiga Dea regresó a Londres, London, como dice
ella, me picó la curiosidad de probar si la máquina del tiempo podía viajar a
otras épocas sin averías.
A mí desde muy chiquitín me han gustado mucho las leyendas
antiguas, ya os dije que mi abuelo sabía muchas historias y yo, la verdad, disfrutaba
mucho oyéndoselas contar.
Ahora suelo leer yo las que más me gustan. Y una de las que más
me han gustado últimamente es la de RÓMULO Y REMO amamantados por una loba, ¡qué
emocionante!
Una tarde preparé la máquina del
tiempo y seleccioné el siglo I antes de Jesucristo, destino: la ciudad de Roma.
Y mi viaje fue todo un éxito. Me recibieron muy bien allí, aunque mi ropa les
resultaba muy extraña, pues no conocían los pantalones vaqueros. Allí todos
llevaban faldas y vestidos, hasta los chicos.
Con ellos me enteré de cuándo se
había fundado la antigua ciudad de Roma y cómo vivían los antiguos romanos, cómo
era su ciudad, sus casas, sus escuelas, sus familias, sus fiestas y otras
cosas, pero lo mejor de todo fue jugar, sí, sí, jugar, porque aunque, como os
digo me hago mayor, me gusta mucho jugar.
Incluso, me llevaron a un taller
de artesanos expertos en mosaicos, pues ellos en el suelo de sus casas tienen
unos preciosos mosaicos de muchos colores. Se nota que no conocen ni los muebles ni las alfombras
del IKEA, ja, ja.
Todo me iba de maravilla hasta
que un cuervo negro, para los romanos, pájaro de mal agüero, de mala suerte,
para que me entendáis, se posó en la máquina del tiempo cuando me estaba
despidiendo de mis nuevos amigos para regresar al siglo XXI.
¿Cuál fue mi sorpresa?
Seguro que ya os lo estáis
imaginando,… no llegué a mi destino, Valladolid, siglo XXI.
Aterricé sin saber por qué en la
ciudad de Ávila en el siglo XVI, nada más y nada menos.
Yo no sabía nada de esa época. Allí
tuve la suerte de conocer a una niña extraordinaria, se ve que tengo don para
hacer buenos amigos vaya donde vaya.
Ella me dijo que se llamaba
Teresa, Teresa de Jesús y que esa ciudad a la que yo había llegado no era
Valladolid, sino Ávila y que no sabía qué era el siglo XXI, que ella vivía en
el siglo XVI, según había oído decir a los mayores de su casa.
Al principio esa ciudad me daba
miedo porque no tenía farolas, ni semáforos y había murallas muy altas por
todos los sitios que miraba.
Ella me llevó a su casa y como
sus padres eran muy amables, me acogieron como a un vagabundo extraviado, igual que
solían hacer a veces con los peregrinos que iban de camino a Santiago de Compostela y pasaban por allí.
Me lo pasé genial, primero,
porque su familia era muy numerosa. Teresa tenía un montón de hermanos, por lo
menos diez, no sé, no me acuerdo muy bien. Y, segundo, porque no paramos de recorrer
a la mañana siguiente toda la ciudad y me enseñó un montón de juegos que yo ni
siquiera conocía.
Bueno, algunos se parecían a los
que me había contado alguna vez mi abuelo.
Ahora, que ya he conseguido solucionar
esos problemillas, quiero compartir con todos vosotros algunas cosas que he
aprendido en este viaje.
Por eso, os invito a jugar en el
IES DELICIAS como yo lo hice en la antigua ciudad de Roma y en la ciudad de Ávila
del siglo XVI. ¡Ojalá os llevéis un grato recuerdo!
¿Estáis preparados?
Comienza el juego….
Hasta pronto, amigos!!!!!!
Firmado
LIKI, LIK